Otra vez estamos en lo mismo. Ya vuelve el español donde solía. La España real va por un lado y la España oficial por otro. Los hechos que relata la España oficial son imaginados. Cualquier semejanza con lo que ocurre en la España real es pura coincidencia. No es la primera vez que se produce ese divorcio en el país, al que ya estamos acostumbrados los españoles, pero eso no sirve de mucho consuelo.
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