La evolución previsible de la crisis económica y del asunto Filesa son los factores determinantes que sopesa el presidente Felipe González, en lo que se refiere a la fecha de convocatoria de elecciones. En torno a esa evaluación, González ha iniciado toda una estrategia dilatoria que ha vuelto a postergar el debate parlamentario sobre el estado de la Nación. En principio, el dato sugiere que las elecciones tendrán lugar antes del verano. Mientras tanto, las discrepancias en el seno del Partido Socialista han vuelto a ponerse de manifiesto, ahora con el texto del proyecto de Ley de Huelga. El pacto del grupo parlamentario socialista con los sindicatos desvirtuó el texto remitido por el gobierno. El presidente ha decidido plantar batalla y las espadas están en alto.
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