Australia
El concepto de trauma psicológico es polisémico y sigue siendo objeto de debate entre académicos e investigadores. Una de las discusiones más importantes en torno a la definición de trauma es sobre la relación que existe entre el evento traumático (ET), la memoria traumática (MT) y la respuesta al trauma (RT). Distintas definiciones de trauma de organizaciones reconocidas mundialmente presentan al ET como el elemento primordial y sugieren una relación causal necesaria donde el ET es antecedente y la MT y la RT consecuentes, lo que llamo visión causal fuerte. En este artículo defiendo que esta visión es inconveniente al no explicar suficientemente importantes efectos relacionados al trauma que representan anomalías para la posición causal. Argumento a favor de dos afirmaciones. Primero, que en la definición de trauma psicológico debemos superar la necesidad de una relación causal fuerte dependiente del ET y transitar hacia una visión causal débil. Para ello, reviso la discusión sobre causación en filosofía de la memoria que enfrenta las teorías causales con las postcausales, y a partir de ella propongo dos principios que pueden ayudar a esta transición. Segundo, que de los tres elementos, la RT debería ser el más importante en la definición de trauma. Mi objetivo es apoyar aquellas definiciones de trauma psicológico que se enfocan en la RT, pues considero que pueden tener una mejor capacidad explicativa, especialmente para las anomalías que retan a la visión causal fuerte, y estar más centradas en la experiencia de los supervivientes.
The concept of psychological trauma is polysemous and remains a subject of ongoing debate among scholars and researchers. One of the most significant discussions surrounding the definition of trauma is the relationship between traumatic events (TE), traumatic memory (TM) and trauma response (TR). Several definitions of trauma provided by world-renowned organizations present the TE as the primary element, suggesting a necessary causal relationship in which the TE is antecedent, and the TM and TR are consequent. I call this the strong causal view. In this article, I argue that the strong causal view is problematic as it does not sufficiently account for important trauma-related effects that pose anomalies for the causal position. I argue in favor of two claims. First, in defining psychological trauma, we must move beyond the need for a strong TE-dependent causal relationship and instead adopt a weak causal view. To support this, I review the discussion of causation in philosophy of memory that pits causal theories against postcausal theories, and propose two principles that can aid this transition. Second, I propose that among the three elements, TR should be the most critical in defining trauma. My aim is to support those definitions of psychological trauma that focus on TR, as I believe they offer greater explanatory power —especially regarding anomalies that challenge the strong causal view— and are more centered on the survivors' experience than those focused on TE.
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