A la hora en que escribo, cinco de la tarde del jueves 18, víspera de la fiesta de San José se prolonga la larga agonía de Don Juan de Borbón en la habitación 601 de la Clínica de la Universidad de Pamplona. El cuerpo de Don Juan, sólo con sus fuerzas naturales, sin tubos de vida artificial, sin más ayuda que la de un sedante para evitarle los dolores de su situación terminal, resiste con fortaleza increíble los embates de la muerte.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados