En la narrativa argentina reciente hay una serie de novelas y cuentos que practican una explotación simbólica del conurbano bonaerense, al jugar precisamente con el borramiento de los límites, siempre imprecisos, entre lo urbano y los territorios degradados y marginales. Es posible detectar en esas representaciones un giro hacia el horror ambiental, en el que la acción antropogénica es un eje central (Tabas). En su combinación con el realismo gótico o la ciencia ficción distópica, Dolores Reyes, Mariana Enriquez y Leandro Ávalos Blacha trabajan esta nueva figuración monstruosa que tiene topos problemáticos como la ruta, las aguas contaminadas o el baldío. Reescrituras de ficciones fundacionales de la barbarie –y muchas veces su celebración–, hacen foco en los bordes de fuga y conexión de espacios centrales con periféricos. Las narrativas que nos interesan pueden leerse como una reescritura de tropos del horror gótico global y representan subjetividades en simbiosis con esos espacios hiperdegradados (Davis). La lectura se apoyará en el análisis de algunos cuentos de Mariana Enriquez (“Bajo el agua negra”, “El desentierro de la angelita”, “La virgen de la tosquera” y “El carrito”), las novelas de Dolores Reyes Cometierra y Miseria, y Los Quilmers, de Leandro Ávalos Blacha.
In recent Argentine narrative there is a series of novels and stories that practice a symbolic utilization of the Buenos Aires suburban area, by playing precisely with the erasure of the limits, always imprecise, between the urban and the degraded and marginal territories. It is possible to detect in these representations a turn towards environmental horror, in which anthropogenic action is a central axis (Tabas). In its combination with gothic realism or dystopian science fiction, Dolores Reyes, Mariana Enriquez and Leandro Ávalos Blacha work on this new monstrous figuration that has problematic topics such as the road, contaminated waters or wastelands. Rewritings of foundational fictions of barbarism –and often their celebration– focus on the vanishing edges and connection of central spaces with peripheral ones. These narratives can be read as a rewriting of tropes of global gothic horror and represent subjectivities in symbiosis with these hyperdegraded spaces (Davis). The reading will be supported by the analysis of some stories by Mariana Enriquez (“Bajo el agua negra”, “El desentierro de la angelita”, “La Virgen de la tosquera” and “El carrito”), the novels by Dolores Reyes Cometierra and Miseria and Los Quilmers, by Leandro Ávalos Blacha.
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