Anda muy ajetreado estos días Rodolfo Martín Villa (Santa María del Páramo, León, 1934), uno de los políticos más veteranos, correosos y de vista más larga de este país, a pesar de sus gafas de miope, que, cuando le resbalaban sobre la nariz, le provocaban un tic familiar para cuantos seguimos la transición. Dirigente estudiantil del SEU, Martín Villa se hizo ingeniero industrial e inspector de finanzas, fue ministro y vicepresidente del Gobierno con la Unión de Centro Democrático y, "al servicio del Estado", como ha titulado sus memorias, ha culminado su inmensa vocación política al lado de José María Aznar, como diputado del Partido Popular, que -me empieza diciendo- "desea, confía y cree altamente probable que gane las próximas elecciones".
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