La crisis económica y política que vive la Unión Europea (UE) y el liderazgo alemán impuesto por Angela Merkel al resto de los socios comunitarios están afectando de manera muy directa a los países excomunistas. Forman parte de la zona más débil de la UE y su influencia política en la toma de decisiones, con la excepción de Polonia, es prácticamente nula. Las derechas gobiernan en el conjunto de la Europa poscomunista integrada en la Unión. Sólo Eslovenia y Croacia, que ingresará en la UE en 2013, resisten al vendaval conservador que amenaza las frágiles estructuras sociales y empeora la calidad democrática de la Europa poscomunista. El descontento social se extiende a muchos países de la zona
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