Paloma Navarrete, que se define como "clarividente, con capacidad de percibir un poco más allá", el año pasado, al contestar al cuestionario de ÉPOCA, de 25 predicciones para 1987 sólo falló una: que ganaría la Liga el Barcelona. Todo lo demás, acertado. Debe ser que no le gusta el fútbol. Para 1988, Paloma pronostica que Felipe González perderá imagen y poder, que la trayectoria de Adolfo Suárez será muy discretita, que a Hernández Mancha le saldrá un serio competidor y que no habrá bodas en La Zarzuela.
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