La personalidad límite de Dalí (entre el artista y el mercachifle, entre el gato y la liebre), siempre seductora, nunca resuelta del todo, queda claramente plasmada en estas líneas en que Nicolás Cabral le declara su más devoto odio, su más odiosa devoción.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados