El término parásito denomina al ser vivo que se aloja en otro de diferente especie, para vivir y nutrirse de él. Los parásitos siempre han acompañado al hombre, produciendo enfermedad, alterando sus costumbres, modificando su ambiente y transformando su entorno social.
A su vez, los parásitos han sufrido transformaciones morfológicas y fisiológicas para poder adaptarse a su vida parasitaria.
Forma de parasitismo es la invasión de animales superiores por virus, Rickettsias, bacterias, hongos, protozoos, helmintos y artrópodos, pero convencionalmente en biología y medicina se ha acostumbrado denominar parásitos a los que pertenecen al reino animal (protozoos, helmintos, artrópodos).
La piel, como puerta de entrada o hábitat de los parásitos, hace que el dermatólogo, en primera o última instancia, sea el profesional encargado o de referencia de conocer, resolver y prevenir estos problemas de salud.
El motivo de esta revisión es recordar algunas de estas enfermedades que, por básicas y obvias, van entrando en el olvido y han ido desapareciendo del pensum de medicina, para ser reemplazadas por entidades que entre nosotros son excepcionales.
Siguiendo este objetivo, y en aras de una mejor precisión conceptual, describiremos las parasitosis cutáneas más frecuentes, como son: infestación larvaria y por artrópodos, sus manifestaciones clínicas y formas de terapia actualizada.
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