La periodista británica Selina Scott se dio a conocer en España el año pasado a raíz de la polémica que suscitara su documental Un año en España, donde realizaba una aproximación discutiblemente ortodoxa a la figura del Rey Juan Carlos. Enigmática y reservada, la telaraña tejida en torno a Selina se ha desmoronado repentinamente. En Mallorca, la prensa británica la ha descubierto con su novio, un productor de la TV londinense al que siempre había mantenido en secreto. Al uso de las mejores películas cómicas, el seguimiento de los periodistas ingleses se desarrolló entre persecuciones en coche, apedreamiento de perros indiscretos, intentos de agresión y un tumulto generalizado. La reportera se encontraba refugiada en una granja de unos 20 millones de pesetas -a la que ÉPOCA ha tenido acceso- sita en las cercanías de Andratx. La casa, que utiliza como refugio desde hace cinco años, se encuentra ubicada en una colonia "hippie" que se autoabastece de alimentos y rechaza el consumo de carne.
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