Se presenta el caso de una paciente joven con un tricoepitelioma solitario y esporádico en el que se desarrolló un carcinoma basocelular nodular pigmentado. Esta excepcional instancia permite contrastar las características clínicas y patológicas de dos neoplasias que por tener más aspectos histológicos en común que diferencias suelen presentar dificultades en su distinción.
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