En este trabajo la autora se centra en la descripción de las migraciones intelectuales y en la circulación de saberes y prácticas psicológicas vinculadas al movimiento internacional católico conocido como neoescolasticismo, las cuales tuvieron lugar durante el proceso de institucionalización de la psicología argentina como ciencia y profesión entre 1900 y 1960. A comienzos del siglo XX, momento en el que el positivismo registraba su mayor auge en el campo intelectual y político argentino, la psicología local encontró un terreno propicio para instituirse como ciencia moderna. Durante la primera mitad del siglo XX el catolicismo empieza a reaccionar ante el positivismo y a preocuparse por la antropología filosófica subyacente de las nuevas corrientes psicológicas, siendo los pensadores neotomistas la vanguardia de esta reacción. Aunque no todo el catolicismo tuviera posición homogéneamente favorable frente a la nueva psicología, el sector que adhería al neoescolasticismo abogaba por la nueva ciencia al mismo tiempo que promovía una mejor comprensión de la naturaleza humana en su totalidad, evitando todo tipo de reduccionismos. Por eso, este movimiento concebía una psicología experimental que a la vez fortalecía sus raíces filosóficas. Este artículo visibiliza la importancia del neotomismo en el desarrollo de la psicología científica en la Argentina.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados