Cristina Martínez Taboada Kutz, Edurne Elgorriaga Astondoa, Ainara Arnoso Martínez, Ernesto González de Mendibil
El objetivo de esta comunicación es reflexionar sobre el humor como una estrategia de afrontamiento frente a situaciones de inquietud o incertidumbre, así como las consecuencias de acercamiento afectivo con los que comparten el escenario grupal.
Sabemos que un alto sentido del humor se relaciona con una autoestima positiva, con la capacidad de intimidad, y la extraversión (Martin, 1996), así como con una mayor facilidad para comunicarse con los otros, y, una tendencia a la empatía.
No es un instrumento al uso en las experiencias grupales, sin embargo, los componentes de los mismos suelen relatar las “risas que han hecho” como un modo de recomponer procesos vividos y a partir de las cuales los sentimientos de cercanía que se producen entre los miembros que conforman el grupo.
Para explorar lo dicho, nos apoyamos en la experiencia de dos grupos pequeños de reflexión con jóvenes estudiantes universitarias a través de su feed-back final.
La práctica consta de sesiones de hora y media, durante nueve semanas. Exploramos su percepción en este ámbito a través de los autoinformes que describen su experiencia personal, la trascripción de las sesiones, y, el grupo de contraste final. Observamos en su elaboración como asocian su vivencia con el humor y el sentimiento de afecto grupal.
Finalmente, comentaremos algunas cuestiones sugerentes que nos hagan sonreír y reflexionar.
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