Roban, violan e, incluso, matan. Su minoría de edad les exime de responsabilidad penal ante sus acciones. Pero tanto la Policía como educadores coinciden en señalar que un niño puede llegar a ser tan peligroso y cruel como el peor de los delincuentes adultos. El juicio que se celebra en Londres contra dos niños acusados de asesinar a golpes a un bebé de dos años es un hecho excepcional, aunque en nuestro país se producen a menudo casos trágicamente similares. Una discusión infantil, unas pocas monedas o una simple mirada pueden ser el móvil que lleva a un menor de edad a robar, amenazar o asesinar. A veces, ni tan siquiera necesitan un móvil, y simplemente actúan violentamente porque sí. Así son los delincuentes de pantalón corto.
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