Valladolid, España
Paralelo al inicio de la hemodiálisis como terapia renal sustitutiva surge la pregunta de cuál es el mejor acceso vascular. Clásicamente se ha considerado que el mejor acceso es la fístula arteria-venosa (FAVI), ya que en comparación con el catéter venoso central (CVC), está asociada a menor riesgo de complicaciones. Sin embargo, el avance de la técnica y la mayor supervivencia del paciente renal exigen una elección individualizada del acceso. De hecho, la mayoría de los pacientes no reúne las características ideales para conseguir una buena FAVI. Una complicación frecuente de los accesos vasculares es la trombosis, tanto de la propia FAVI como, en el caso del CVC, de la vena en la que se encuentran alojados. Las guías clínicas actuales ofrecen varias opciones de tratamiento, que cada centro aplica según sus posibilidades: la trombectomía endovascular o quirúrgica en el caso de las FAVI y la fibrinólisis farmacomecánica para los CVC y las FAVI. Si el tratamiento fracasa se deberá buscar un nuevo acceso. La trombosis de las venas centrales y la pérdida de los accesos vasculares comprometen tanto la disponibilidad de nuevos accesos como el retorno venoso en el paciente. La importancia de la prevención y rápida corrección de estas complicaciones una vez acontecidas, radica en la necesidad de los pacientes en hemodiálisis de tener un acceso vascular permanente que permita llevar a cabo la técnica de manera adecuada.
With the birth of hemodialysis as a renal replacement therapy, a new question arises: what is the best vascular access? Classically, it has been considered that the best access is the arteriovenous fistula (AVIF), since compared to the central venous catheter (CVC), it is associated with a lower risk of complications. However, the improvement of the technique and the longer survival of renal patients require an individualized choice of the access. In fact, most patients don ́t recruit the needs to achieve a good arteriovenous fistula. A frequent complication of vascular access is thrombosis, of the AVF itself and of the vein where the CVC is located. Current clinical guidelines offer several treatment options: endovascular or surgical thrombectomy (AVFs) and pharmacomechanical fibrinolysis (CVCs and AVFs). If the treatment fails, a new access must be sought. Thrombosis of the central veins and the loss of vascular access compromise both the availability of new accesses and patient ́s venous return. The importance of prevention and rapid management of these complications once they have occurred, lies in the need for hemodialysis patients to have a permanent vascular access that allows the technique to be carried out adequately.
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