Les vemos a diario, en las esquinas, los semáforos, las sombras del metro y los solares. Deambulan sin rumbo y sin futuro, y cada día son más. Son los niños perdidos de la calle. El Gobierno se muestra inoperante frente a este drama: la Administración calma a la opinión pública con medidas inexistentes, y, mientras tanto, los niños mueren en número alarmante. En el Congreso se debatirá pronto la Ley de Reforma del Menor. Para muchos especialistas, se trata de un proyecto "aberrante". Esta es la otra cara de una dolorosa realidad.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados