Esta es la confesión, a media tarde, de un ministro socialista: "Nadie sabe nada de la crisis, salvo Guerra y Barrionuevo. Puede haberla o no haberla, pero si la hay, se producirá por sorpresa, sin previo aviso. No se esperan muchos cambios, sólo tres o cuatro, y Solchaga no corre el más mínimo peligro. Yo creo que el reajuste no es inminente". Y el presidente del Gobierno dijo el viernes pasado, en Bruselas, a los periodistas que le preguntaron si la crisis sería esta semana: "No están bien orientados".
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