El cometido particular de este escrito consiste en mostrar en qué medida la experiencia del habitar, tal y como se desarrolla en el contexto de Ser y tiempo, apela semánticamente a la diferencia sexual; y hasta qué punto se pueden determinar algunas características del habitar propiamente femenino a partir de esta misma constelación. Nuestro cometido general consiste en problematizar el papel que dicha diferencia juega dentro de la articulación ontológica de la existencia humana, al cuestionar si se trata de una mera modificación óntica de la relación entre el Dasein y su entorno circundante, o si en realidad habilita dos formas distintas e irreductibles de abrir mundo y de habitarlo: el masculino y el femenino. Para ello ponemos de manifiesto, en primer lugar, las estrategias totalizantes que conlleva la noción del habitar elaborada a partir de la analíticaexistenciaria. En un segundo momento, indagaremos en los orígenes históricos de la separación entre lo público y lo privado, con la finalidad de poner al descubierto las raíces semánticas que nutren dichas estrategias. Por último, desarrollaremos tres características fácticas del habitar desde la perspectiva femenina, apoyándonos en los análisis de pensadoras como LuceIrigaray, Marion Iris Young y Sandra Lee Bartky.
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