Felipe González se decidió por la solución menos traumática. Quienes esperaban, dentro y fuera del Partido Socialista, que el 33 Congreso provocase una ruptura interna, se vieron defraudados. Alfonso Guerra continúa en la vicesecretaría general y hay ocho guerristas más en la comisión ejecutiva, entre ellos dos que ocupan secretarías de gran importancia política. Es cierto que han perdido mucha influencia, pero limitaron su derrota hasta el extremo de amargar a muchos renovadores su evidente victoria.
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