El riesgo se materializa periódicamente mediante impactos sociales y económicos que obstaculizan el desarrollo de Costa Rica, ubicada en una región tectónica, activa y compleja. La sismicidad, frecuente e intensa, ha sucedido durante dece-nas de millones de años y no se detendrá en el futuro. En el caso de la sismicidad, el riesgo depende de las características de la amenaza (magnitud, hipocentro, mecanismo de ruptura, características y espectro de los movimientos fuertes del terreno y sus condiciones geomecánicas y topográficas) y la vulnerabilidad de los elementos expuestos (población, áreas urbanas, economía). La prioridad es cumplir con los códigos de diseño sismorresistente y planificación territorial. Estas medidas han sido exitosas, como cuando la prohibición del adobe como material de construcción redujo la vulnerabilidad de las viviendas. La pregunta "¿Sucederá un evento importante?" es innecesaria, pues sin duda lo habrá. Hacer pronósticos inciertos y abusar de la frecuencia informativa incompleta al público induce estrés, incertidumbre y afecta la actividad socioeconómica. En Costa Rica una alarma sísmica no ofrecerá más de 10 segundos para reaccionar ante terremotos locales y superficiales, y un máximo de 30 segundos, para eventos de subducción. Las alarmas pueden generar sensaciones de seguridad sin sustento real, al hacer creer que así se resuelve el riesgo. El exceso de alarmas de temblores de intensidad no destructiva y las "falsas alarmas", hacen perder credibilidad y deterioran la respuesta ante eventos destructivos. Estos dispositivos, bajo tales cir-cunstancias, son lujos cuya base tecnológica, científica y financiera no deben competir con prioridades más urgentes para la gestión del riesgo.
Risk materializes periodically, near cities and infrastructure through destructive socioeconomic impacts hindering de-velopment in Costa Rica, located at a very active and complex tectonic region. Frequent and intense seismic activity has oc-curred for tens of millions of years and will not stop in the future. Risk, derived from seismicity depends on both earthquake hazard features (magnitude, hypocentral depth, rupture mechanism, strong motion, wave propagation during the events, geomechanical site conditions, local effects, topography), and the vulnerability of exposed elements (population, urban areas, economy). For this reason, compliance with earthquake-resistant design codes and territorial planning must be en-forced. These measures have been successful, such as when adobe was banned as building material thus radically reducing vulnerability of houses. The question "Will a major event happen?" is futile because there is no doubt that it will. Engaging in uncertain forecasts and abusing on the frequency of delivering incomplete information to the public induce stress, uncer-tainty, and affect socioeconomic activity. In Costa Rica, seismic alarms will not give reaction time more than 10 seconds for shallow focus local earthquakes, and 10 to a maximum of 30 seconds for major subduction events. Alarms might create feel-ings of security without robust basis by making believe that risk has been solved, and paradoxically increasing vulnerability. An excess of alarms of non-destructive tremors, and "false alarms", will cause a loss of credibility and deteriorate response to actual destructive events. Seismic forecasts and alarms, under such circumstances, are luxuries whose technological, scientific, and financial basis should not compete against more urgent priorities for risk management.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados