"El español se queja siempre de dos cosas: de que no tiene bastante dinero y de que no tiene bastante pene". Esta cita de un profesor de Urología parece dar en el clavo a la vista de la proliferación de anuncios desde los que se incita a los varones a aumentarse el tamaño y el grosor de su "virilidad". En un momento de adoración al cuerpo masculino, estos nuevos centros tienen terreno abonado para captar, desde personas con verdaderos problemas físicos, a todo tipo de acomplejados, inmaduros o, sencillamente, presuntuosos que todavía quieren más. Pero cuidado; estas intervenciones no son inocuas, pueden dar lugar a múltiples problemas y, en definitiva, conviene valorar si merece la pena arriesgar mucho para conseguir poco.
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