Desde comienzos de 1994, veintisiete motoristas han perdido la vida en la comunidad de Madrid. De ellos, seis en un solo fin de semana. Detrás de la frialdad de las cifras se esconde una gran tragedia: la de tantos "moteros" que anualmente mueren o quedan gravemente heridos en nuestras carreteras. Y un verano más -acaba el curso, los chavales piden a sus padres el tan codiciado ciclomotor- se reabre la polémica acerca de si son o no seguros los vehículos de dos ruedas. Desde la DGT se insiste, a través de una campaña brutal pero efectiva, en los peligros de las imprudencias. Los motoristas, por su parte, recriminan a la Administración la falta de una adecuada política de enseñanza y denuncian los múltiples obstáculos que encuentran para conseguir una conducción sin riesgos.
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