Su carrera ha sido como la de una estrella de rock. Su despedida, abandonando los escenarios, congregó a cientos de miles de personas para escuchar cómo rugían sus motores por última vez. En treinta años de carrera millones de seguidores y amantes del espacio han seguido sus misiones. En 135 misiones solo ha tenido dos fracasos frente a trabajos considerados como grandes éxitos o gestas épicas. Su historia está muy ligada, además, a una de las tradiciones más particulares de la NASA, una muy musical, las “Wakeup Calls” de las diferentes misiones. Son las canciones elegidas por los astronautas que ejercen de CapCom (Capsule Communicators) para dar un estimulante “buenos días” desde Houston a sus compañeros a bordo de las naves estadounidenses o de la ISS.
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