Jorge Abellán Hernández, Juan Gregorio Fernández Bustos
Este trabajo evalúa el modo en que seis centros de educación especial de Castilla-La Mancha (España) adaptan los Proyectos Escolares Saludables, programas que promueven la actividad física y los hábitos saludables. Su diseño actúa tanto comofacilitador y como barrera. Es un facilitador porque su diseño está basado en la evidencia científica; constituye también una barrera debido a las dificultades deaplicación en los centros de educación especial en su versión inicial. Otros facilitadores importantes son la implicación de los centros, la colaboración de agentes externos y la capacidad de adaptación al contexto. Respecto a las barreras, las más reseñables son la falta de formación, el lugar de residencia del alumnado y las restricciones por el COVID-19. Se identifican buenas prácticas relacionadas con las propuestas deadaptación de algunos programas a la realidad de los centros, p.ej., la búsqueda deopciones de realización del programa de desplazamiento activo a la escuela o de losdescansos activos. Se concluye que los programas logran promover la a ctividad física y los hábitos saludables entre el alumnado de educación especial pero que se necesitamás apoyo, coordinación y asesoramiento para lograr objetivos deseados.
This study evaluates how six special education centres in Castilla-La Mancha(Spain) adapt the Healthy School Projects, programs that promote physical activity andhealthy habits. Their design acts both as a facilitator and as a barrier. It’s a facilitator because the design is based on scientific evidence; it constitutes a barrier due to thedifficulties in implementation in special schools in its initial version. Other facilitators include the involvement of the centers, the collaboration of external agents, and theability to adapt to the context. The barriers identified are lack of training, students'place of residence and COVID-19 restrictions. Good practices were identified related to proposals for adapting some programs to the reality of the centers, e.g., finding options for the implementation of the children’s active commuting to school program or active breaks. The conclusion is that these programs succeed in promoting physicalactivity and healthy habits among special education students, but they need moresupport, coordination and guidance to achieve their objectives more effectively.
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