El año 2011 el transbordador espacial de la NASA se convertirá en una leyenda cuando termine su última misión y ponga fin a tres décadas de intensa actividad. Su jubilación deja a la NASA y a las agencias espaciales implicadas en la ISS sin un transporte único y sin parangón. El STS (Space Transport System) es una polivalente nave espacial reutilizable, capaz de transportar tripulaciones numerosas, cuantiosos suministros, cargas pesadas, satélites y otros sistemas (como el telescopio espacial Hubble) hasta órbitas cercanas y, si así se ha previsto, regresar con ellos a la tierra tras haber cumplido los objetivos de la misión. Ausente el transbordador de los cielos, a la nasa sólo le quedará pagar por los servicios de las naves rusas mientras, con la incertidumbre sobre el futuro del programa Constellation, espera y financia a la iniciativa privada para que proporcione los medios para lanzar tripulaciones y carga hasta la ISS y más allá. Muchos son los llamados y muchos los que veremos volar pero ninguno de ellos será capaz de ceñirse la corona ni ocupar el trono del Shuttle
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