Al otro lado de la colina, como frase célebre o libro celebrado, es un enunciado que muchos militares conocen. De esa proposición se derivan las necesidades de inteligencia del jefe militar. El problema inverso, esto es, el mando y control de la fuerza propia, consiste en saber qué está pasando a nuestro lado de la elevación, aquello que puede ser percibido por nuestros sentidos y que debe conducir a la acción lógica y coordinada de la maquinaria militar sometida a la unidad de mando. La corneta para informar o alertar a las tropas, las banderas en la mar para la comunicación entre buques o la sirena en las bases aéreas, son elementos que actúan de manera más o menos concreta, por lo general empleando signos consensuados entre ese grupo humano (toques de corneta o señales estandarizadas) que producen una impresión lo más concreta posible en los receptores, a fin de evitar ambigüedades en las órdenes.
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