Introducción: la anafilaxia es una emergencia médica y la administración temprana de adrenalina es esencial para disminuir su morbimortalidad. Los pacientes ya diagnosticados de anafilaxia disponen de autoinyectores de adrenalina para que instauren el tratamiento sin esperar a ser atendidos por los servicios médicos. El objetivo de nuestro estudio es valorar los conocimientos de los padres acerca de la anafilaxia y el uso de los autoinyectores, y si mejoran tras una breve formación especializada.
Material y métodos: estudio comparativo antes-después. Se revisaron 6 cupos de Atención Primaria seleccionando aquellos pacientes que tenían diagnóstico de anafilaxia y prescripción de adrenalina. Se enviaron dos correos electrónicos: el primero con una encuesta acerca de la enfermedad y los autoinyectores de adrenalina; el segundo contenía videos y hojas informativas y una segunda encuesta. De esta manera, se han comparado los conocimientos pre y posintervención.
Resultados: los alimentos fueron la principal causa de reacción anafiláctica. El 56,3% admitía llevar siempre el dispositivo. Comparando los conocimientos pre y posintervención (test exacto de Fisher) destaca una mejoría en casi todos los pasos a seguir al administrar la adrenalina. Mejoraron de forma significativa la identificación del tapón de seguridad (p 0,018) y conocer que se puede repetir una segunda dosis (p 0,006). Respecto a la necesidad de masajear la zona, la mejoría fue clara pero sin llegar a ser estadísticamente significativa (p 0,066).
Conclusiones: la formación periódica a padres de niños con prescripción de adrenalina autoinyectable es fundamental para disminuir la morbimortalidad de estos pacientes.
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