Collado Villalba, España
El eructo es un síntoma frecuente en Pediatría que socialmente está mal considerado y puede tener consecuencias negativas en la calidad de vida del paciente. No obstante, no son muchas las publicaciones pediátricas al respecto. Según su origen, se pueden clasificar como eructos supragástricos o gástricos, con una fisiología distinta y que pueden ser síntomas de patologías subyacentes tanto físicas como psicológicas. Se revisa la fisiología del eructo y el diagnóstico diferencial a propósito de dos casos diagnosticados de eructos supragástricos.
Caso clínico 1: varón de 14 años con cuadro de 15 días de eructos hasta 20-30 por minuto, sensación de imputación esofágica y dolor abdominal. El dolor mejora con omeprazol, pero los eructos persisten; se realiza endoscopia y tránsito esofágico superior que resultan normales. Mejora tras logopedia e inicio de técnicas de relajación.
Caso clínico 2: varón de 10 años con cuadro de 19 días de eructos de más de 15 por minuto, sin otros síntomas digestivos, pero con sintomatología ansiosa. Mejoría tras tratamiento psicológico.
Ambos tipos de eructo presentan una fisiología distinta, de manera que en el eructo supragástrico el aire no proviene del estómago. El esfínter esofágico inferior permanece cerrado. Los dos tipos son distinguibles mediante pH-impedanciometría. Conclusión: una cuidadosa anamnesis puede establecer el diagnóstico de sospecha del origen del eructo antes de recurrir a pruebas complementarias y permite orientar el tratamiento más adecuado para cada paciente.
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