Perú
Durante el año 2022, Perú enfrentó importantes desafíos en el manejo de las cardiopatías congénitas, especialmente la comunicación interventricular (CIV), la cual fue identificada como una de las más comunes. Según el Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja (INSNSB), las cardiopatías representaron el 30% de los defectos de nacimiento, y en muchos casos estuvieron asociadas a síndromes genéticos como la trisomía 21. El diagnóstico temprano y la atención especializada resultaron fundamentales para prevenir complicaciones graves como insuficiencia cardíaca y retraso en el desarrollo infantil. El manejo postquirúrgico en unidades de cuidados intensivos cardiovasculares fue clave para la recuperación de los pacientes. Se implementaron protocolos que incluyeron monitoreo hemodinámico continuo, prevención de infecciones, control del dolor y fisioterapia respiratoria. El personal de enfermería desempeñó un papel crucial, organizando la atención mediante el proceso de enfermería, que abarcó valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación. Durante la valoración, se identificaron diagnósticos como disminución del gasto cardíaco y perfusión tisular ineficaz. Además, se priorizó la educación y el soporte emocional a las familias, lo que fortaleció el vínculo entre el equipo de salud y los cuidadores. En este periodo, se mejoraron las capacidades de las unidades de cuidados intensivos pediátricos, aunque persistieron desafíos como la desigualdad en el acceso a servicios especializados en regiones rurales.
En conclusión, la atención integral brindada en Perú permitió avances significativos en el tratamiento de la CIV y otras cardiopatías congénitas, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
During 2022, Peru faced significant challenges in managing congenital heart diseases, particularly ventricular septal defect (VSD), identified as one of the most common. According to the National Institute of Child Health San Borja (INSNSB), congenital heart diseases accounted for 30% of birth defects and were often associated with genetic syndromes such as trisomy 21. Early diagnosis and specialized care were essential to prevent severe complications like heart failure and developmental delays.Postoperative management in cardiovascular intensive care units was key to patient recovery. Protocols were implemented, including continuous hemodynamic monitoring, infection prevention, pain control, and respiratory therapy. Nursing staff played a crucial role, organizing care through the nursing process, which involved assessment, diagnosis, planning, implementation, and evaluation. During the assessment, diagnoses such as decreased cardiac output and ineffective tissue perfusion were identified.Additionally, education and emotional support for families were prioritized, strengthening the bond between the healthcare team and caregivers. During this period, the capacity of pediatric intensive care units was enhanced, although challenges such as unequal access to specialized services in rural areas persisted.In conclusion, the comprehensive care provided in Peru allowed significant progress in the treatment of VSD and other congenital heart diseases, contributing to improved quality of life for patients and their families
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