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Vivienda y sostenibilidad en España.: Vol. 2: colectiva

Imagen de portada del libro Vivienda y sostenibilidad en España.

Información General

Otros catálogos

Índice




  • Índice de contenidos:


    Agradecimientos

    Prólogo, por Salvador Rueda

    ‘Nulla estetica sine etica’, por Joan Sabaté


    Entre fascinados y escépticos, por Juan Herreros

    Presentación


    Cuatro Torres de 118 VPO, locales y oficinas (Iñaki Ábalos, Juan Herreros y Renata Sentkiewicz)

    APTM. Propuesta para una vivienda básica (Iñaki Ábalos, Juan Herreros y Renata Sentkiewicz)

    153 viviendas para jóvenes (B01 Arquitectos SCP)

    16 viviendas de promoción pública (Atxu Amann, Andrés Cánovas y Nicolás Maruri)

    82 viviendas de protección pública (Atxu Amann, Andrés Cánovas y Nicolás Maruri)

    98 viviendas para jóvenes, Torre Urrutia (Arriola y Fiol Arquitectes)

    Ecobarrio en Toledo, Concurso Europan 6 (Carlos Arroyo Zapatero, Manuel Pérez Romero y Eleonora Guidotti)

    Cortijo Las Ventajas (Carlos Arroyo Zapatero)

    9 viviendas y local en el casco antiguo de Vilafranca (STEM Arquitectes)

    Casa ecológica, albergue, escuela de medio rural (STEM Arquitectes)

    Edificio de viviendas ‘Cercanías Renfe’ (Conxita Balcells Blesa y Manuel Brullet i Tenes)

    24 viviendas bioclimáticas en Ronda de Dalt, Hospital Militar (Conxita Balcells Blesa y Manuel Brullet i Tenes)

    40 VPO para alquiler (Batlle i Roig Arquitectes)

    40 VPO y garajes para jóvenes en régimen de alquiler (bipolaire arquitectos)

    Proyecto de condominio de 2 viviendas (Daniel Calatayud y Coque Claret)

    180 viviendas en Valencia (Izaskun Chinchilla)

    Apartamentos públicos de alquiler para jóvenes (Duran i Grau arquitectes associats, SL)

    38 pisos tutelados para personas mayores (García Peraire, Garcias Roig, Golomb, Hevia y Velasco)

    35 viviendas y sus espacios de transición con la ciudad (Toni Gironès)

    Casa sacerdotal diocesana de Plasencia (Miguel de Guzmán, Andrés Jaque y Enrique Krahe)

    Dos bloques de viviendas y locales comerciales (Margarita de Luxán García de Diego y Gloria Gómez Muño)

    113 viviendas sociales (Francisco José Mangado Beloqui)

    8 viviendas de realojo (Eduardo de Miguel)

    49 VPO en San Fermín Oeste, Parcela 15 (Mario Muelas y Agustín Mateo)

    Centro Geriátrico Santa Rita (Manuel Ocaña)

    60 VPO, locales comerciales y aparcamiento (Ricard Perich y Rafel Gálvez)

    101 VPO y servicios para personas mayores (Ricard Perich, Rafel Gálvez y Eduard Freixas)

    Edificio Pau Claris (Equip Arquitectura Pich-Aguilera)

    Promoción de viviendas ‘El Polvorí’ (Equip Arquitectura Pich-Aguilera)

    Alojamiento comunitario para trabajadores en Alcoletge (Josep Maria Puigdemasa Hospital)

    Alojamiento comunitario para trabajadores en Bell-lloc (Josep Maria Puigdemasa Hospital)

    6 viviendas adosadas (Francesc Rius Camps)

    62 viviendas para jóvenes y servicios (Ruisánchez Arquitectes)

    40 viviendas para jóvenes en Manresa (SaAS, Sabaté Associats Arquitectura i Sostenibilitat)

    60 VPO en Tossa de Mar (SaAS, Sabaté Associats Arquitectura i Sostenibilitat)

    20 viviendas autoconstruidas (Blanca Sánchez Lara)

    Prototipo de vivienda social bioclimática y 124 viviendas en Osuna (Seminario de Arquitectura y Medioambiente, SAMA SC)

    Edificio de 59 viviendas de alquiler, oficinas y aparcamientos (Seguí Arquitectura, SL)

    56 VPO, locales, aparcamientos y espacio público (Jaime Sicília)

    Construcción-rehabilitación de siete casas (Roberto Soto Fernández)

    Viviendas insdustrializadas para jóvenes (Belinda Tato y José Luis Vallejo, ecosistema urbano)


    Weblografía

    Créditos fotográficos


Descripción principal


  • El acceso a la vivienda es hoy el principal problema de los españoles. El modelo especulativo que ha regido el ámbito de la edificación ha sido muy perjudicial para amplias capas de la población, para el territorio y para el medio ambiente. La constatación de que el cambio climático se está produciendo va calando en la sociedad. Todos estos factores, entre otros, ponen de manifiesto que necesitamos un nuevo modelo productivo y cultural basado en el equilibrio entre los factores sociales, ambientales y económicos. La edificación, y en particular la vivienda, es uno de los sectores que más debe evolucionar en el camino hacia una sociedad más sostenible.

    Si bien la calidad de la arquitectura de vanguardia española ha sido ampliamente reconocida, el grado de sostenibilidad de su construcción es aún muy deficiente. Por este motivo, este volumen sobre vivienda colectiva española -que sigue los pasos del volumen anterior sobre vivienda unifamiliar- se propone dar a conocer algunas obras proyectadas por arquitectos que ya han iniciando la singladura hacia una gestión de los recursos más respetuosa con el medio ambiente. Son proyectos que tienen en cuenta una serie de factores como el bioclimatismo, la búsqueda de soluciones pasivas para conseguir refrigeración en verano, los nuevos sistemas energéticos, la participación, las tipologías para los nuevos grupos sociales, la rehabilitación, etc. Un total de 32 arquitectos expresan sus inquietudes y nos muestran 41 obras en las que se aplican algunas de las soluciones que pronto serán de aplicación generalizada.

Extracto del libro



  • Texto de los agradecimientos:

    ‘Agradecimientos

    Toni Solanas

    Este libro forma una unidad con el volumen dedicado a vivienda unifamiliar. Valgan pues los agradecimientos mencionados allí, a los autores de las obras, a aquellos que me condujeron hasta ellos, a la editorial Gustavo Gili a Marta Rojals y a Karen Willcox, que ha realizado una magnífica labor de diseño gráfico. Cabe señalar que ambas son arquitectas, lo que ha repercutido en la fluidez de la producción y en la calidad final de la obra.

    La gestación de los dos libros ha sido paralela a la realización de diversas obras y proyectos que han sido motivo de mi dedicación a la sostenibilidad. Mi agradecimiento pues a los clientes sensibles a las aspiraciones de sostenibilidad. En primer lugar, a la asociación ‘Futur Sostenible’ -formada por un grupo de ONG y entidades dedicadas a las energías renovables, los estudios medioambientales y el compromiso social- que provocó mi interés por el tema, con un encargo de rehabilitación del edificio de las antiguas oficinas de la fábrica de gas de La Barceloneta, para convertirlo -una vez transformado en ‘La fábrica del sol’- en sede de sus oficinas. El proyecto y la obra debían realizarse con criterios de sostenibilidad modélicos, lo que provocó que me dedicase a buscar quién estaba haciendo proyectos semejantes en nuestro país. Parte del resultado de la búsqueda son estos dos libros. Las gracias son para Xavier Vallvé, Bettina Schaefer -mi primera maestra- Jaume Serrasolses, Pep Puig, Quim Corominas y Carles Riera. A este grupo inicial se ha añadido el Ayuntamiento de Barcelona para complementar y finalizar el proyecto; las gracias son en primer lugar para Fermí Vallbé, de la Direcció de Programes Ambientals, que ha pilotado la operación, para Antonio Romero y Miquel Reñé de l’Agència de l’Energia de Barcelona, las dos dentro del Área de Mediambient dirigida por Imma Mayol, con la ayuda de Txema Castiella y con la colaboración de Marc Aureli Santos de Foment de Ciutat Vella.

    Otros clientes han sabido valorar la calidad que suponen la sostenibilidad y el uso de materiales naturales: Núria Pedrals, quien me confió la rehabilitación del ‘Casal de Cultura’ de El Prat de Llobregat, Felip Toledo y Miquel García me confiaron el proyecto de la Escola Mediambiental i la Macrodeixalleria de la Selva; los hermanos Rubió i Guilleumes, que saben apreciar la calidad del mortero de cal, en su casa rehabilitada de Sant Boi de Llobregat; y Ángel Gutiérrez y Obdulia Gallego, activos participantes en la rehabilitación de su vivienda en Sant Just Desvern.

    Mi agradecimiento sincero para Salvador Rueda que, desde la ecología urbana, nos proporciona el marco amplio de referencia en el que debe inserirse cualquier edificación sostenible. A Juan Herreros y a Joan Sabaté que aparecen en su doble condición de críticos y autores de obras y dan un magnífico soporte conceptual al conjunto. A Valentina Maini que de manera generosa nos entrega su esforzado trabajo de muchos años, revisado para esta obra. A los cuatro mi admiración y afecto.

    Y como siempre, a Eloïsa, mi continuo presente, y a Jordi y Àngels, mi generación futura. Y a ustedes lectores por compartir el placer de aprender, e iniciarse en el camino hacia un nuevo paradigma que nos conducirá a vivir de manera más sostenible, es decir, más humana.’

    Copyright del texto: sus autores
    Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL

Extracto del libro



  • Texto del prólogo:

    ‘Prólogo

    Salvador Rueda

    Edificios que sean como árboles

    De un tiempo a esta parte, son muchos los arquitectos y despachos de arquitectura empeñados en desarrollar proyectos de edificios con criterios de sostenibilidad. Son los edificios denominados bioclimáticos. Los criterios de la sostenibilidad en el mundo de la arquitectura van calando poco a poco y, como consecuencia, proliferan los cursos de formación y los mecanismos de transmisión de información y comunicación en todos los medios.

    No obstante, podemos afirmar que se habla mucho pero todavía se hace poco. Estamos muy lejos de una proliferación de edificios diseñados con los criterios que reclaman el abordaje de los principales retos que hoy tenemos como sociedad: la sostenibilidad y la entrada en la nueva era de la información.

    La recopilación que ha realizado Toni Solanas ha pretendido que los ejemplos edificatorios escogidos se acerquen a dicha forma de abordarlos. No obstante, la mayoría de ellos sólo respondían de manera parcial, y en ocasiones colateral, a estos retos. Con todo, este segundo tomo (el dedicado a la vivienda colectiva) tiene, desde mi punto de vista, una premisa básica que nos acerca a una concepción de ciudad más sostenible, puesto que las tipologías de edificios colectivos son propulsoras de ciudades compactas que generan usos y funciones próximos y mixtos. Esto es así siempre que la construcción se realice en procesos de crecimiento contiguos a la ciudad existente o en procesos de rehabilitación, y no, como sucede en ocasiones, que se levanta un engendro nuevo en mitad de un páramo o, como establece la legislación extremeña, se construya con la ley del kilómetro, es decir, separando lo nuevo de lo existente como mínimo 1 kilómetro de distancia. ¡Menuda barbaridad!

    Entiendo que los edificios forman parte de un sistema urbano y que su concepción, empezando por la tipología, es de vital importancia para acercarnos a los criterios de la sostenibilidad. Por ejemplo, si importante es la eficiencia energética derivada del diseño constructivo, también lo es la energía consumida en la movilidad, que depende en buena medida del modelo de ciudad que escojamos.

    Por otra parte, los árboles juegan un papel en los ecosistemas naturales muy parecido al de los edificios en los sistemas urbanos. La mayoría de los aspectos que los arquitectos se afanan en resolver en sus edificios ya los ha resuelto la naturaleza. También es cierto que no veo cómo podrán resolverse algunos aspectos, por ejemplo, la interrelación dinámica con otros organismos que poseen los árboles por estar vivos. En cualquier caso, entiendo que nos pueden servir de referencia, o al menos de reflexión, no en vano nos llevan unos cuantos millones de años de ventaja. Veamos algunas de las características del árbol, y de éste con su entorno:

    Los árboles son autosuficientes desde el punto de vista energético, y lo hacen desplegando un inmenso sistema de captación que suele ocupar su parte superior, aunque en ocasiones hay plantas que utilizan todo su organismo aéreo para captar energía, por ejemplo, los cactus. La eficiencia en la captación de la energía solar difusa a través de la fotosíntesis no es muy elevada, pero suficiente para los intereses del vegetal y su permanencia en el tiempo. Sería muy interesante idear los edificios y los componentes consumidores de energía con relación a su capacidad de captación de energía solar, geotérmica o, incluso, de origen orgánico. El objetivo no sería otro que el edificio y los usos que en él se desarrollan sean autosuficientes en energía.

    Es cierto que la autosuficiencia energética para la climatización está íntimamente relacionada con el ahorro y la eficiencia que nos proporcionan los sistemas pasivos relacionados con el diseño del edificio. Los árboles también han plasmado distintas estrategias para adaptarse a los fenómenos climáticos de calor y frío. El sistema de refrigeración está relacionado con un sofisticado sistema de evapotranspiración a través de los estomas. Resguardarse del frío invernal viene acompañado de una ralentización de la vida vegetativa cerrando compuertas, ya sean estomáticas o, en muchas ocasiones, soltando las hojas.

    En los sistemas naturales, el movimiento mayoritario es vertical y tiene que ver con el ascenso de nutrientes (savia bruta) a las partes vegetativas captadoras de energía y el descenso de savia neta que se distribuye hasta el último rincón del vegetal. El sistema de ascensores puede alcanzar alturas de 100 m sin coste energético alguno.

    La corteza, o la piel del árbol, se adapta a las condiciones climáticas del lugar. Si el lugar es lluvioso, por ejemplo una pluviselva, la piel será resistente a la podredumbre y ‘escupirᒠcon la mayor brevedad el agua caída. Si, por el contrario, el lugar es seco, por ejemplo el desierto, el vegetal puede llegar a captar el más mínimo aerosol acuoso en beneficio propio.

    Por otra parte, el árbol es autosuficiente en agua y también en alimentos. Puede que su desarrollo se enlentezca y su envergadura sea menor, no obstante, se adapta a las condiciones de manera dinámica, manteniendo su vida por medio de extender sus raíces en busca de agua y alimentos.

    Además, es capaz de reciclar sus propios ‘desechos’: hojas y ramas que después de un proceso de descomposición entran de nuevo en el capítulo de nutrientes.

    Los edificios deberían diseñarse para la captación de agua o su reutilización con el fin de hacerlos autosuficientes. Quizá sería mejor extender el mismo principio a un conjunto de edificios y su urbanización, puesto que la lluvia cae dispersa y se necesita una gran superficie para recoger el agua suficiente para este menester. Los materiales locales suelen llevar una ‘mochila’ energética y de impactos menor, lo que justifica que los componentes de la edificación procedan de recursos naturales próximos. Los buenos edificios se adaptan a las condiciones del lugar, aunque, en esta época de cortar y pegar, se colocan edificios pensados para la playa en lo alto del Pirineo. Eso sucede también en el arbolado cuando los humanos plantamos árboles para un determinado interés de explotación. Cuando ese bosque no cuenta con la ayuda del hombre, los árboles plantados suelen ser sustituidos por los árboles del ‘lugar’, mejor adaptados a las condiciones del sitio.

    El árbol en el bosque, por estar vivo, se relaciona de manera interactiva con el medio y con el resto de seres vivos. Su actividad subterránea es generadora de suelo fértil. Puede establecer relaciones simbióticas con otros organismos, por ejemplo, con hongos; además, fruto de su interrelación con otros árboles y con el conjunto de organismos del ecosistema, se produce un cierto control sobre las variables de entorno. La temperatura, la humedad relativa, la luz y las sombras, etc., se ven modificadas en beneficio de la vida dentro del bosque. No llegan al nivel de control dinámico que se produce en determinadas especies evolucionadas (por ejemplo, la especie humana) donde la homeostasis permite que todo en el organismo: el calcio, la vitamina K, el azúcar, la presión, la temperatura, etc., se encuentre en niveles de constancia. Un bosque no es un organismo, pero sí un ecosistema que, en su etapa más evolucionada, tiende a un cierto control de las variables del entorno.

    La aspiración de los edificios que a continuación se relacionan, sería formar parte sustancial de una ciudad y no de una urbanización; donde los servicios básicos formarían parte de la idea de ciudad y donde el espacio público sería el lugar de convivencia, aunque también fuera el lugar para la movilidad y la canalización de los flujos (propio de la urbanización). Para ello, los edificios plurifamiliares son idóneos, pues generan los huecos de actividad y tienen la densidad suficiente de población y puestos de trabajo para recrear el espacio público y ofrecer los servicios básicos de proximidad. Por otra parte, su disposición y características pueden favorecer cierto control de las variables del entorno: temperatura, humedad, insolación-sombra, etc., que, unidos a otros elementos del espacio común, vegetación, agua, etc., nos podrían aproximar a la idea de confort y habitabilidad en el espacio público, de modo similar a como los arquitectos diseñan los interiores edificados.

    Por último, mencionar que los árboles cuentan con un montón de inquilinos: líquenes, muérdago, aves, reptiles, anfibios, primates, etc., dependiendo de donde se encuentren. Además, ofrecen la flexibilidad suficiente para que cada cual adapte su ‘nido’ a sus peculiaridades. Hay nidos de zancudas inmensos y también los hay minúsculos para los paseriformes; hay nidos de barro y otros que se construyen agujereando el tronco.

    Después de la transformación de la estructura del hogar ocurrida de un tiempo a esta parte, sería interesante que los edificios residenciales se adaptaran a los núcleos familiares. La idea de habitación (de nido) cobra cada día más fuerza, haciendo que sea la máxima expresión de la privacidad (la mínima expresión de espacio para vivir), la estructuradora de la vida en el edificio que, como en el caso del árbol, cuenta además con ‘servicios’ comunes para compartir.

    Para la selección de los edificios de este libro, Toni Solanas ha buscado en ellos las características aquí apuntadas aunque no pensara en los árboles, y en cada uno de los ejemplos ha encontrado alguna digna de ser expuesta.’

    Copyright del texto: sus autores
    Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL


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