En sentido estricto, el proscrito es un desterrado; en sentido figurado, el proscrito lo es de los contornos no menos reales de una estructura de poder. El mundo académico no es una excepción. Para la investigación, la esencia del proscrito es la independencia de pensamiento, costumbre que consiste en cultivar opiniones propias. La clave de la labor del proscrito es la lucha hasta la victoria contra la opinión científica autorizada: abrir camino a nuevas ideas y originales teorías.
"Naturalistas proscritos" contribuye a centrar el análisis y definir los territorios del proscrito en el ámbito de la Historia Natural, a través de las figuras de nueve científicos que, habiendo contribuido notablemente a la Historia Natural en alguna de sus facetas, sin embargo, por uno u otro motivo, a lo largo de su vida o en su posterior memoria, no han recibido la atención merecida por parte de sus contemporáneos o sucesores. Una mirada atenta, en algún caso, primigenia, a las trayectorias vitales y aportaciones a la ciencia de: Félix de Azara, Lamarck, José Longinos, Francisco Antonio Zea, Mariano Lagasca, Lorenz Oken, Eduardo Carreño, Manuel González de Jonte y Emilio Huguet del Villar.
Jinetes sin montura: significado del proscrito a la luz de la literatura
págs. 9-18
págs. 19-30
págs. 31-40
José Longinos Martínez Garrido (Calahorra, 1756 - Campeche, 1802): visto por coetáneos y posteriores biógrafos
págs. 41-60
Francisco Antonio Zea (1766 - 1822): Las facetas de un crientífico criollo
págs. 61-72
Entre la conspiración y el exilio: Mariano Lagasca (1776 - 1839), un desterrado liberal en el Reino Unido
págs. 73-84
Un "naturphilosoph" en el exilio: Lorenz Oken (1779 - 1851)
págs. 85-96
Semblanza contra el olvido: Eduardo Carreño (1819 - 1851), pionero de la formación en el extranjero
págs. 97-112
págs. 113-122
págs. 123-135
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