Las esperanzas puestas en la Cumbre de Lisboa el año 2000 no se han cumplido, ya que que el proceso no se ha realizado. Se ha vuelto a replantear si aquel giro drástico de la orientación europea se ha considerado una utopía o sencillamente era errónea o si bien no ha habido fuerza política y económica para este cambio. La nueva orientación a las personas en búsqueda de conocimiento como respuesta a la competitividad europea se vuelve a plantear dado que es la nueva orientación que está realizando el mundo empresarial. Los sistemas de dirección y de organización de las empresas han asumido esta "visión" y la están realizando más allá de la propia realidad del marco político.
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