Eva María Trescastro López (coord.)
En la actualidad los organismos internacionales, reconocen el avance en la reducción de la desnutrición aguda en el mundo, pero igualmente señalan el incremento en el número de niños con retardo de crecimiento.
Esta evidencia, posiblemente es una manifestación, de lo que hemos dejado de hacer para combatir el hambre y la pobreza, causante de estos males sociales. Pareciera que es uno de esos momentos, que nos invita a repensar en estrategias que permitan ser más eficiente para combatir este flagelo que limita el desarrollo humano.
Una de sus consecuencias más graves, son las alteraciones en el crecimiento y desarrollo cognitivo de los niños, son seres disminuidos en sus capacidades, que ingresan al círculo perverso de la malnutrición y la pobreza.
En esta publicación se presenta un enfoque que contribuye a mejorar las condiciones nutricionales, mediante el fortalecimiento de la educación y la capacitación a los docentes y promotores comunitarios. Ante la problemática nutricional, conviene reflexionar como desde nuestros centros académicos y de investigación, con el apoyo de las organizaciones sociales y comunitarias, podemos contribuir a mejorar las condiciones nutricionales de las comunidades más afectadas. La experiencia en Chinandega, Nicaragua, es una muestra del esfuerzo complementario de la academia con las organizaciones sociales.
Este enfoque, complementa una de las enseñanzas del maestro José María Bengoa, quien con su clara inteligencia siempre recordaba "Ninguna investigación sin acción, ninguna acción sin investigación".
Los capítulos presentan la visión de los autores en temas relacionados con los objetivos del proyecto, así como también, con la intervención educativa de docentes y promotores comunitarios, mediante la formación y aplicación de estrategias educativas que pueden ser incorporadas en sus actividades habituales.
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