Francisco González Arroyo, Mikel Mari Astrain Gallart, Juan Antonio Lao Pérez
Granada es una ciudad que cuenta con un callejero muy rico en referencias históricas, sociales y culturales que invitan a la reflexión y despiertan la curiosidad del paseante, sorprendido y nunca indiferente al contemplar los nombres de sus calles. No en vano, la nomenclatura de las calles en una ciudad son un fiel reflejo de la manera en que han evolucionado sus gentes y sus élites con el pasar de los siglos. Este libro quiere dar satisfacción a esa curiosidad, ilustrando sobre las razones que se ocultan tras cada odónimo contenido en este callejero. Los autores han pretendido que el observador conozca el porqué de cada uno de los nombres y, en muchos casos, las historias que sirvieron para su designación. Recogen así los frutos de las semillas plantadas por predecesores que supieron amar esta ciudad y pusieron su empeño en difundir los tesoros emocionales que alberga. Antecesores en esta noble tarea fueron per-sonajes de la talla de Ibn al Jatib (Ebn Aljathib), Bermúdez de Pedraza o Andrea Navagiero quiénes, al difundir las bellezas y singularidades de Granada, aportaron cuantiosa información sobre su morfolo-gía. Otro personaje, tal vez el primero en singularizar la información sobre sus calles o vías, fue el cro-nista Francisco Enríquez de Jorquera. También pusieron su sabiduría y dotes al servicio de la difusión artística y monumental de la ciudad Juan Velázquez de Echevarría, Manuel Gómez Moreno o Luis Seco de Lucena. Finalmente, y ya entrados los años finales del pasado siglo XX, Julio Belza aportó una obra referente con el volumen "Las calles de Granada", un clásico que nos ha ayudado en este ingente proyecto.
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