De este III Simposio Internacional de Arte y Arquitectura Universitaria Patrimonio Mundial, no es difícil concluir que el siglo XVI fue el “Siglo de Oro” de la arquitectura universitaria hispánica.
En los dos siglos siguientes seguirá la construcción de los colegios universitarios, algunos de rasgo monumental, pero a un ritmo menos intenso que en ese siglo marcado de la cultura ibérica. Paralelamente a los colegios van a surgir, en Castilla, las hospederías, cuadrángulos residenciales de dos pisos, dispuestos alrededor de un patio, añadidos a los colegios principales y que van a servir para albergar los estudiantes, en los años siguientes a su graduación y mientras no obtenían una prebenda eclesiástica o algún cargo en la administración pública.
Un fenómeno importante ocurrido a partir de finales del siglo XVI va a ser el desarrollo de los complejos colegiales jesuíticos que van a tener dimensiones considerables y con enorme impacto visual y urbano en las principales ciudades universitarias ibéricas. Esto va a ser el caso del Colegio-Universidad jesuítico del Espirito Santo de Évora (fundado en 1559 y ampliado progresivamente a finales del quinientos y la centuria de seiscientos), del Colegio Máximo de Alcalá (iglesia hecha a partir de 1566) y, sobre todo, del Colégio de Jesus de Coimbra (iglesia erigida entre 1598 y 1698) con su vecino Colégio das Artes II, y del monumental Colegio-Clerecía de Salamanca (con su iglesia levantada entre 1617 y 1665).
Finalmente, podemos observar cómo la creación posterior de nuevas sedes universitarias y de nuevas universidades va a ser muy espaciada en el tiempo. Podemos registrar algunos nuevos edificios centrales, como la bellísima nueva sede octogonal de la Universidad de Huesca (de 1690-1695), o la fachada barroca de la ampliación de la Universidad de Valladolid (1715-1724), o aún la sede de la nueva universidad de Cervera (de 1717), especie de convento-caserna donde Felipe V va a concentrar todas las universidades catalanas, como sanción contra el levantamiento catalán en la Guerra de la Sucesión Española. O aún la magnífica sede neoclásica de la Universidad de Toledo, empezada en 1795, proyecto del arquitecto Ignacio Han promovido por el Cardenal Lorenzana. Todas estas obras son ya, pues, propias de un nuevo y distinto período en la arquitectura universitaria de España.
Cisneros y las artes: imagen y realidad
págs. 13-28
págs. 29-46
"Magnificentia sedis": el cardenal Mendoza, mecenas de las artes y patrocinador de Cisneros
págs. 47-60
La construcción de la Colegiata-Magistral de Alcalá de Henares: el cardenal Cisneros y Adriano de Utrecht
págs. 61-76
págs. 77-92
Imágenes del Cardenal: iconografías cisnerianas en la Universidad de Alcalá
págs. 93-115
págs. 117-133
La Sociedad de Condueños: su creación y la protección de la manzana cisneriana hasta la refundación de la Universidad
págs. 135-154
págs. 155-190
La manzana fundacional cisneriana: valores como patrimonio
págs. 191-210
El cardenal Cisneros: memoria de territorios y lugares
págs. 211-224
págs. 225-242
La herencia del cardenal Cisneros: el urbanismo de Alcalá de Henares
págs. 243-257
págs. 259-271
Cisneros: hombre de Iglesia, hombre de Estado
págs. 273-287
Las reformas arquitectónicas de los edificios centrales de la Universidad de Alcalá en la segunda mitad del siglo XVIII: la aportación de Ventura Rodríguez
págs. 289-296
La manzana fundacional cisneriana de la Universidad de Alcalá: valores patrimoniales: notas para una declaración de Bien de Interés Cultural
págs. 297-299
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