Ha sido reseñado en:
Claudia Cabrera Espinosa (res.)
Brumal. Revista de Investigación sobre lo Fantástico / Brumal. Research Journal on the Fantastic, ISSN-e 2014-7910, Vol. 7, Nº. 1, 2019, págs. 287-289
Reseña de la colección Las Puertas de lo Posible
Siglo XXI, literatura y cultura españolas: revista de la Cátedra Miguel Delibes, ISSN 1697-0659, Nº. 18, 2020, págs. 127-134
El monstruo representa nuestras tendencias perversas y homicidas; tendencias que aspiran a gozar, liberadas, de una vida propia. En las narraciones fantásticas, monstruo y víctima simbolizan esta dicotomía de nuestro ser; nuestros deseos inconfesables y el horror que ellos nos inspiran. El «más allá» de lo fantástico en realidad está muy próximo; y cuando se revela, en los seres civilizados que pretendemos ser, una tendencia inaceptable para la razón, nos horrorizamos como si se tratara de algo tan ajeno a nosotros que lo creemos venido del más allá. Entonces traducimos ese escándalo «moral» en términos que expresan el escándalo «físico». La razón que distinguía las cosas y subdividía el espacio, cede su lugar a la mentalidad mágica. El monstruo atraviesa los muros y nos alcanza donde quiera que estemos; nada más natural, puesto que el monstruo está en nosotros. Ya se había deslindado en lo más íntimo de nuestro ser cuando fingimos creerlo fuera de nuestra existencia.
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