El presente volumen se propone fundar y establecer una Composición Arquitectónica como Ciencia del Espacio asumiendo lo expresado por Kanellopoulos en 1954, “la Arquitectura nace en el Ser Humano cuando éste toma consciencia de la infinitud del espacio y la inevitabilidad de la muerte”. Según ello, la Composición Arquitectónica se ha de entender como el conjunto de métodos y sistemas que nos permitan dotar de una expresión arquitectónica a las leyes comunes de la Naturaleza y la Colectividad. La Arquitectura así definida partirá de una ecosofía y un naturalismo cercanos a la filosofía taoísta y llegará a convertirse en un lenguaje universal “compuesto” por las contribuciones relevantes de todas las épocas y civilizaciones. Hace 1500 años, explicaron los historiadores chinos 司馬相如 Sima Xiangru y 曹子文 Cao ZiWen que, “la verdadera belleza de una capital consiste más en las caras felices de sus gentes que en las torres y los ornamentos que hay encima de los edificios.” En este sentido consideramos que cuando la ciencia y la tecnología producen avances, el mundo cambia y la verdadera Arquitectura no ha de permanecer al margen de ello. Esta es la razón del presente escrito.
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