Hay que subrayar la excepcionalidad de la figura de Andrés de Vandelvira y del grupo de amigos y parientes que construyen las obras del más célebre artista que ha dado la provincia. Un artista que hoy hemos de rescatar para Alcaraz, Albacete y La Mancha, no ya por el orgullo provinciano de un paisano ilustre, sino como exponente de las mejores muestras que el Renacimiento dejó en esta provincia, que es una más -no menos- de las que conocieron aquella etapa artística, y en reconocimiento a un genio universal cuya obra no se agota en tierras de Jaén, sino que deja huellas no menos abundantes en las que hoy pertenecen a Castilla-La Mancha.
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