Probablemente, en pocos momentos históricos, como el que vivimos en la actualidad, ha sido tan necesario analizar y sensibilizar socialmente acerca de todos los aspectos que conciernen a lo que denominamos “salud mental”, siendo aún más perentorio tratar esta materia en relación con las personas jóvenes, en un rango de edad que va desde el final de la adolescencia hasta el final de la veintena, e incluso, en muchos casos, cumplidos ya los treinta años –aunque no estemos hablando propiamente de juventud–, dadas las situaciones socioeconómicas que han alargado esta consideración etaria más allá de lo que se establece desde el punto de vista científico. El estudio sobre el desarrollo que convierte a un ser humano en una persona es producto de la concurrencia de conocimientos diversos que deben comenzar por las aportaciones de la biología y las ciencias de la salud, pero que deben nutrirse, al mismo nivel, de las ciencias del comportamiento, de la educación o de la sociología, entre otras. Actualmente, no se puede obviar que cualquier análisis acerca de la salud mental o el bienestar psicológico de las personas que se plantee en fechas posteriores al año 2020 debe tener en cuenta los efectos que ha generado la crisis sociosanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, cuyas consecuencias y secuelas se han dejado notar en la práctica totalidad de la población, pero, especialmente en la salud mental de la población adolescente y joven. Más allá de ser objeto de investigación, este trabajo está dedicado a los y las jóvenes –y no tan jóvenes– que hacen posible la existencia de nuestra institución académica, porque su participación en el estudio no ha supuesto una mera recogida de datos, sino la constatación de que trabajamos con personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad y que muchas de ellas están viviendo en este momento, en mayor o menor medida, un sufrimiento psicológico que estamos obligados a abordar.
There have probably been few times in history when it has been so necessary to analyse and raise social awareness of all aspects of what we call "mental health" as we are experiencing today, and it is even more urgent to deal with this issue in relation to young people, in an age range that goes from the end of adolescence to the end of their twenties, and even, in many cases, beyond their thirties - although we are not talking about youth as such - given the socio-economic situations that have extended this age range beyond what is established from a scientific point of view. The study of the development that turns a human being into a person is the product of the concurrence of diverse knowledge that must begin with the contributions of biology and the health sciences, but which must be nourished, at the same level, by the behavioural sciences, education or sociology, among others. At present, it cannot be overlooked that any analysis of mental health or the psychological wellbeing of people that may be considered after 2020 must take into account the effects generated by the social and health crisis caused by the AIDS-19 pandemic, whose consequences and after-effects have been felt in practically the entire population, but especially in the mental health of the adolescent and young population. Beyond being the object of research, this work is dedicated to the young - and not so young - people who make the existence of our academic institution possible, because their participation in the study has not meant a mere collection of data, but the realisation that we work with people who are in a situation of vulnerability and that many of them are currently experiencing, to a greater or lesser extent, psychological suffering that we are obliged to address.
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