Dedicarse a la creación artística no es tarea fácil. A menos que seas un genio -y los genios nacen cada cien años- hacer arte es una auténtica carrera de obstáculos en la que la realidad y tú mismo se interponen en el camino. Tener talento, pasar de la imaginación a la obra, contar con la aprobación de los demás, mantener hábitos de trabajo, ganarse la vida. Los miedos y situaciones propios de la vida del artista son muchos y cotidianos, y estas páginas los repasan a través de breves píldoras reflexivas que desactivarán tus bloqueos y pudores.
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