Foucault afirmaba que toda enfermedad nace socialmente. No es porque se está enfermo que se está alienando, sino porque se está alienado que se está enfermo. Cualquiera que esté abierto a pensar que en nuestras sociedades ciertas enfermedades nacen de la alienación provocada institucionalmente, encontrará en Las prisiones de la locura elementos preciosos para entender de manera más completa la delicada trama que alimenta ese proceso. Quien sabe, de esa manera encontrará también razones para pensarse así mismo en relación con dos formas privilegiadas de nuestra alienación, la locura y la prisión, no sólo como algo exterior sino como algo que lo constituye en lo que es, aún -o sobre todo-, a partir de su negación. así, casi sin quererlo, encontramos nuevas razones para leer Las prisiones de la locura. El lector encontrará también a partir de él sus propias razones, prisiones y locuras. Hallará allí que el vuelo continúa. Descrubrirá a Omar en sus razones más íntimas.
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