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Filón de Alejandría, apóstol y profeta del monoteísmo

Imagen de portada del libro Filón de Alejandría, apóstol y profeta del monoteísmo

Información General

Resumen

  • Llogari Pujol Boix, teólogo por la Universidad de Estrasburgo y ex-sacerdote, afirma que: los Evangelios fueron escritos por unos sacerdotes judeo-egipcios muy eruditos, que fungían en el Templo de Serapis sito en Saqqara (Egipto); dichos sacerdotes eran discípulos tardíos de Filón de Alejandría, los cuales tradujeron textos egipcios previos. Llogari Pujol Boix muestra, asimismo, los múltiples paralelos entre Jesucristo y el culto egipcio a Serapis, el Osiris helenizado. Aunque se mostró preciso, faltó a Llogari Pujol Boix inferir que Marcos Evangelista = Filón de Alejandría; y que, en efecto, el Templo de Serapis (Jesucristo) en Saqqara era un santuario paleocristiano, edificado por el propio Marcos Evangelista.

    Mucho antes, Bruno Bauer, teólogo alemán y discípulo de Hegel, había concluido que Marcos Evangelista era “un judío alejandrino, radicado en Roma”. Faltó al sutil Bruno Bauer identificar a Marcos Evangelista con Filón de Alejandría.

    Por otro lado, no es difícil de comprobar que la comunidad de los therapeutae, asentados a orillas del lago Mœris, próximo al Nilo, era una primitiva colonia cristiana, fundada por Filón y descrita por éste en su obra De vita contemplativa.

    En mis dos primeros libros (Flavio Josefo y sus enigmas. El secreto marcanoy Guerras de los judíos. Autopsia al evangelio-matriz), probé que Flavio Josefo = Marcos Evangelista, hijo biológico de Jesús de Nazareth, a la par que fundador del cristianismo e instituidor de la Iglesia. Con el hallazgo que comunico en este nuevo ensayo, estamos en condiciones de ampliar dicha ecuación:

    Flavio Josefo = Filón de Alejandría = Marcos Evangelista En mi primer ensayo afirmaba yo que Flavio Josefo era la persona más inteligente y capaz que ha hollado jamás la faz de la Tierra, a par que la persona más influyente del siglo I d.C., sin perjuicio de su firme voluntad de pasar inadvertido a las generaciones futuras, ocultándose tras múltiples criptónimos; ensayo a ensayo, va tomando cuerpo tan atrevida afirmación.

    Pero hay más: en el libro que les presento hoy, pruebo que Marcos Evangelista (Filón de Alejandría) es el autor de una gran parte los manuscritos que integran el Antiguo Testamento (cabalmente, los consignados por Josefo en Contra Apión I.8). En su exégesis bíblica, Filón añade detalles que no están en las Sagradas Escrituras; en un judío ortodoxo como es él, tal actuación podría ser calificada de “blasfema”, mas Filón se sentía legitimado para “suplementar” los textos bíblicos con acotaciones adicionales, precisamente porque él era el autor de los mismos. En el presente libro, analizo concienzudamente el contenido de los rollos integrantes del Tanakh, a fin de descifrar su más recóndito significado y probar que Abraham, José, Moisés, Salomón y Daniel, entre otros personajes vetero-testamentarios, corresponden a otras tantas facetas autobiográficas del propio redactor bíblico, Filón, quien escribió el Antiguo Testamento para promulgar (y, a la vez, justificar) que él, por mor de su inteligencia superlativa, había sido “el elegido” por YHWH para guiar al mundo, un desempeño que él se comprometía a llevar a cabo como un “buen pastor” conduce a sus ovejas. Obsérvese que, para escribir el Tanakh, basta con tener conocimientos geográficos; dejando vagar libremente a la fantasía, el relato, en sí, puede ser inventado ex novo y desde el instante mismo de la Creación.

    El hecho de que Filón sea el autor del Tanakh explica, por ejemplo, que las profecías mesiánicas vetero-testamentarias (registradas exeventu) se cumplan en Jesús de Nazareth; fueron, en efecto, ideadas específicamente para que se concretaran en el recientemente fallecido padre del autor.

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