Con el tiempo, los seres humanos hemos aprendido a trabajar en grupos cada vez más grandes y capaces de afrontar problemas del entorno global, pues nuestro instinto hacia el amor y el bienestar es el que nos lleva a crecer como especie y como conciencia colectiva. Yuval Harari dice que la capacidad actual de cooperar flexiblemente con innumerable cantidad de desconocidos es lo que hace al Homo sapiens realmente superior a los demás primates homínidos (Harari, 2014). Podríamos decir también que nuestra capacidad de concebirnos como parte de una colectividad se fortalece con cada crisis global, dado que los humanos aprendemos mediante el hacer.
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