Durante los seis años que duró la obsesión de Napoleón por la Península, la ciudad de Burgos se vio obligada a acoger a miles de personas desplazadas junto con el ejército invasor. Por Burgos pasaron déspotas, nobles, valientes, traidores, reyes legítimos y usurpadores, el mismo Napoleón y hasta el pequeño Víctor Hugo. ¿Qué vieron sus ojos cuando recorrieron las calles donde se alojaron, qué huella dejó su estancia? ¿Cómo era el día a día de los habitantes que entregaron lo que tenían, sufrieron la batalla de Gamonal y sus represalias, durmieron con sus enemigos, soportaron el fuego cruzado de un asedio y sobrevivieron a la voladora del Castillo? Entremos en la ciudad del pasado y escuchemos a sus gentes para descubrirlo.
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