Alfredo Hidalgo Lavié (coord.), Ana I. Lima Fernández (coord.), Julio Piedra Cristóbal (coord.)
Este texto tiene especial interés al presentar una perspectiva específica del marco de actuación concreta en el que se va a desenvolver el trabajo de los egresados. Tanto en el marco teórico como en el conceptual, el trabajador social debe tener una perspectiva amplia en la que su trabajo cobra sentido. La atención socio-sanitaria se ha convertido en una seña de identidad de las cada vez más envejecidas sociedades desarrolladas, pero cualquier aproximación arqueológica a la historia de la disciplina y de la profesión confirmará que esta atención enraíza con sus propios orígenes. Las enfermedades mentales, las demencias y las adicciones, por ejemplo, exigen un esfuerzo de coordinación de los recursos sanitarios y sociales en aras de una atención especializada no sólo a los enfermos, sino también a sus familias. En definitiva, la intervención profesional requiere pues conocimientos en materia de salud para la planificación y ejecución de sus acciones que trascienden, como es lógico, la indispensable coordinación entre ambos sistemas: el sanitario y los servicios sociales. Por este motivo, se ha contado una vez más para la elaboración de esta publicación con los que creemos que más saben al respecto, a saber, los propios profesionales de la intervención directa, muchos de los cuales, por fortuna para todos, han trasladado su saber de la experiencia práctica a la universidad de la mano de su ejercicio presente como docentes, por un lado, y, por otro, por medio de transferencias de sus conocimientos a la sociedad a través de una diversidad amplia de cauces distintos. Y esta publicación es un claro ejemplo de ello. Trabajo Social es una disciplina eminentemente práctica y es obligación nuestra conseguir que esta experiencia tenga voz propia en los círculos académicos consagrados a la formación. Una demanda muy frecuente de los estudiantes de nuestra titulación. Los que nos dedicamos en exclusividad a la tarea docente seguimos en deuda con todos ellos. En parte, porque tenemos que seguir en esta línea de esfuerzos conjuntos, tan productivos, entre los profesionales y los profesores de Universidad. Y por otro lado, porque nuestras instituciones universitarias deben prestar más interés en las figuras de los profesores asociados que, simultáneamente, ejercen como profesionales en activo de la intervención directa y en labores de educación. En este nuevo manual, se ha pretendido no sólo actualizar los contenidos de la materia contemplada, sino ampliar la formación desde este enfoque o dimensión práctica. Por este motivo, en este proceso de aprendizaje partimos del marco teórico y conceptual que consideramos necesario en materia de salud. Abordamos a continuación los orígenes y el desarrollo del Trabajo Social Sanitario en nuestro país. Nos adentramos en un mundo de conceptos indispensables para el tratamiento científico y técnico de la materia por medio del paradigma a la intervención y los modelos habituales en el Trabajo Social Sanitario. Se aborda seguidamente dos apartados incuestionables de notable actualidad, el Trabajo Social Sanitario en hospitales y en salud mental. Especial atención merece igualmente el papel de nuestros profesionales en situaciones de emergencia y frente a las conductas adictivas. Asimismo, no podía faltar el tratamiento de la dependencia versus autonomía personal y finalizamos con una referencia especial e ineludible a la deontología y bioética, en particular, a los aspectos éticos de la intervención profesional. Alfredo Hidalgo Lavié Coordinador del M.U. en Trabajo Social, Estado del Bienestar y Metodología de la Intervención Social. Profesor del departamento de Trabajo Social de la Facultad de Derecho de la UNED.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados