Oderint dum metuant: el desarrollo del gobierno de Cayo César en la ficción del principado

Augusto, primer emperador de la dinastía Julio-Claudia, fue el fundador de un sistema de gobierno que trataba de conciliar el poder personal del emperador con las antiguas estructuras de poder republicanas. El segundo de sus sucesores fue Cayo Cesar Augusto Germánico, más conocido como Calígula, cuyos modos de actuación política en su breve principado configuraron las características de un periodo que debido a los escritos de los historiadores de la época y aún posteriores, configuraron una imagen distorsionada que se fue perpetuando con el tiempo, y que ha tenido como consecuencia la calificación de este emperador como demente. Sin embargo, su juventud, su inexperiencia, los posibles trastornos psicológicos sufridos a raíz de la persecución a la que fue sometida su familia así como la lucha política en la que se vio envuelto con un senado que no siempre estaba dispuesto a aceptar que el régimen republicano había dejado de existir y que el poder personal del emperador era una realidad, y sobre todo su peculiar carácter y personalidad, quizá un tanto alejada de la dignitas que sus antecesores habían manifestado, pueden explicar en cierta medida los acontecimientos que tuvieron lugar entre los años 37 y 41 d. C. Y alejarnos de la tradicional visión de la locura. No se trataría así de un afán rehabilitador que limpie el nombre de Cayo César sin o de reintegrarse figura en la Historia en sus justas dimensiones.

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