Resumen de Almanaque de la intemperie
“Tú amas el mundo / con el frenesí de la juventud incansable/ y aún te sorprende descubrir el color / o el pesaroso silencia, / la escarcha congelada en el ala de una mariposa / a la que sorprendió el letargo / y los zapatos de aguja / de la muchacha con la que paseas / por el camino más oscuro del parque. // Tú no amas todavía los libros / en los que la vida se duplica / y te es indiferente el nombre trabajoso / de los árboles y de las nubes que son fantasmales, / jugando a desvanecerse como los gatos de Poe. / Tú no amas los caminos que sólo conducen / a las veredas mortíferas del amor / y te es indiferente el olor de la arena, / su oleaje oscuro y su silenciosa risa. // Tú amas, adolescente, la barca en que navegaba / Hemingway y el desapego aristocrático / que permitía la holgazanería de Rilke / escrutando el alba con ojos hartos, / y los viajes en tren con gentes silenciosas, / aferradas sus manos a los ajados sombreros. / Acaso ames un puente veneciano, / la catedral de León que parece incendiada, / alguna taberna en la que perdiste un anillo de latón. // Por eso te envidio, haz y envés, / ya encerrado en la jaula sorprendente de los años / que sólo desgranan ácido y nostalgia. / Así es la vida, me dicen, / mientras escucho con alegría / el concierto nº 1 de Chopin / que interpreta la delicada Maria Joao Pires.”
