Bioficción que reconstruye la vida del prócer brujense con imaginación novelesca sobre la base de los hechos y fechas reales de su larga existencia. La obra rescata a un personaje de gran talla al que se reviste de humanidad ahondando en lo que pudo haber sido su vida personal y familiar, sin obviar su capacidad para el mecenazgo, su acción filantrópica y su sensibilidad para la cultura. Su gusto por la estética flamenca propició que la isla atesorara un patrimonio artístico importado de incalculable valor, que aún hoy puede contemplarse en iglesias, museos y casas señoriales.
Una trama además que se desarrolla en Santa Cruz de La Palma, uno de los puertos más destacados del imperio español y cruce de rutas entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Cabe recordar que mediada la década de 1530, el noble flamenco Luis Van de Walle Van Praet llegó a La Palma atraído por el negocio del “oro blanco”, que emanaba de los ingenios azucareros. Lo que pudo haber sido una visita pasajera se convirtió en una estancia permanente: el flamenco de Brujas se integró en la sociedad isleña, creó lazos familiares y urdió una trama de prósperos negocios que le granjearon un lugar preeminente en los centros de poder económico, político y religioso de la isla.
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