El rondeño-andalusí Abbás Ibn Firnás es uno de los personajes más importantes y fascinantes del siglo IX. Residió la mayor parte de su vida en la Córdoba de los omeyas, donde trabajó al servicio de los emires independientes al-Hakam I (796-822), ‘Abd al-Rahmán II (822-852) y Muhammad I (852-886).
Hombre con una inteligencia excepcional, enorme capacidad de trabajo y dotado de un espíritu que recuerda al de los genios del Renacimiento italiano, Ibn Firnás fue el primero en al-Ándalus en utilizar las complejas tablas astronómicas de Sind Hind y en desarrollar la industria del vidrio a partir del mineral; el primero en descifrar las reglas de prosodia del filósofo Alhalil y en construir una esfera armilar andalusí o astrolabio esférico; también construyó un reloj anafórico de gran precisión llamado Al-Maqata y el primer planetario mecánico de la historia.
Ibn Firnás elaboró diseños aeronáuticos seiscientos años antes que Leonardo da Vinci y realizó el primer intento de vuelo basado en sus investigaciones. La comunidad científica e histórica internacional reconoce que ha pasado a la historia de la aviación como el primer ser humano en realizar un vuelo, aunque su artilugio no fuera impulsado por un motor.
El sabio rondeño cultivó casi todas las disciplinas del saber, tanto en el área de la investigación científica y técnica como en el de la creación literaria y musical.
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